La familia Carlos Martín Rebate Castellanos, relevo de la antorcha olímpica en los juegos de México 68, ha donado la tea con la que recorrió parte de la Ruta del Descubrimiento que llevaba hasta el pebetero levantado en Ciudad de México para mantener encendida la llama durante el transcurso de la olimpiada.
Don Carlos, con apenas 17 años, ya se había convertido en referencia del deporte moralo; tal es así, que fue designado relevista de la antorcha en 1968 por Isidoro Flores.
Él, orgulloso de ser moralo y de poner el nombre de Navalmoral en el mapa del mundo, con la humildad que le caracterizaba y la generosidad que atesoraba, quiso que el hachón formara parte de quien realmente es, del pueblo.
Su familia, emocionada, hizo entrega de una tea que permitirá mantener siempre viva su llama.
Simplemente ¡gracias, don Carlos!