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Navalmoral de  la Mata

Situada en el Centro-Oeste de España y Noreste de Extremadura y dotada de excelentes comunicaciones por carretera, Navalmoral de la Mata es una de las ciudades, geográfica y estratégicamente, mejor posicionada y más cuando esté operativa la Plataforma Intermodal, dotada con conexiones ferroviarias, viarias nacionales y ubicada dentro del parque industrial Expacio Navalmoral, esta terminal contará con contenedores de 35.000 metros cuadrados y dos vías de carga capaces de permitir estacionar trenes de 550 metros, vía de recepción/expedición de trenes, aparte.

Navalmoral de la Mata, por tanto, no es solo una ciudad dinámica con una pirámide poblacional joven, más 76% de sus habitantes son menores de 60 años, y que ofrece todos los servicios necesarios para vivir: sanitarios, financieros, educativos, culturales, transportes, vías de comunicación… etc.  Navalmoral es, además de todo eso, una de las ciudades con mayor potencial para la inversión gracias al parque industrial y su plataforma logística, sus comunicaciones y porque Extremadura es Región Objetivo 1 por la Unión europea, lo que significa que los Proyectos de Inversión recibirán las máximas ayudas establecidas, tanto a la propia inversión como a la financiación y a la generación de empleo.

Navalmoral de la Mata, una ciudad por la que apostar.

Historia

Ortocentro del Campo Arañuelo y del resto de las comarcas que la rodean, ha desempeñado un destacado papel desde la más lejana Prehistoria (como se comprobará a través del Museo Arqueológico que se inaugurará este mismo año).

Aunque es más conocida su etapa media, especialmente cuando surge como municipio tras la Reconquista y Repoblación medieval. Y así, a finales del siglo XIV o en el alborear del XV, cuando surge Navalmoral y las otras alquerías de la comarca (en nuestro caso, en torno a la popular «Plaza Vieja»), de nuevo se relanzan las comunicaciones por este lugar: la Cañada Real y el Camino Real de Extremadura (tras la construcción del Puente de Albalat-Almaraz, en 1536). A la vez que se populariza la leyenda de la supuesta «Venta del Moral», que acogía a los que por aquí transitaban.

Esa ubicación posibilita su expansión, y la construcción de la iglesia de San Andrés y la ermita de Las Angustias. Después erigen el «Rollo» o «Picota», en 1637, como símbolo o insignia de la justicia municipal (y de haber conseguido su libertad, o exención), pues se convierte en Villa.

Los Austrias dejan paso a los Borbones (tras la cruenta Guerra de Sucesión, que nos afectó negativamente) quienes, según la tendencia que les caracterizó, dan un gran impulso a las comunicaciones (caso del mencionado Camino Real), potenciando de nuevo los mesones moralos y favoreciendo el desarrollo económico, demográfico y urbano de la localidad.

Época en que se edifica la Casa de los Frailes (o del Espadañal, o de Comillas…), la Fuente de los Caños Viejos y otras de más difícil catalogación (La Bamba, La Serradilla y algunas más); y también los típicos barrios del Cerro y del Perchel (primitivo «San Miguel»), o el primer Ayuntamiento.

Así alcanzamos el siglo XIX cuando, además de guerras (la de Independencia o las escaramuzas de los facciosos carlistas) y otras calamidades (como las frecuentes epidemias), y de ser elegido este municipio cabeza de su Partido Judicial (en 1834, lo que facilitará su despegue en el futuro), se favorecen otra vez las vías y medios de transporte: en 1845 reconstruyen el Puente de Almaraz y en 1854 se inaugura la Carretera de Extremadura sobre el anterior Camino Real y antigua Calzada Romana. Ya a finales llega el ferrocarril, cuya línea hasta Portugal se abre en 1881 (contando Navalmoral con la mejor Estación de esta vía en muchos kilómetros).

Como es evidente en tales circunstancias, la economía y la demografía de la localidad reciben un incremento positivo. Pero también sufrió repercusiones negativas, caso de las consecuencias que se derivan del proceso desamortizador, en el que el municipio perdió la mayor parte de sus bienes de propio y comunes: lo que daría origen a un agudo latifundismo y a posteriores movimientos sociales y políticos.

A ese período corresponden también otros edificios dignos de citar: el antiguo Hospital Moyano (que en 1925 se reconvierte en Hospital Antipalúdico, siendo clave para erradicar ese mal endémico), la Fundación Concha (Escuelas y Biblioteca, que fueron posibles gracias al legado de don Antonio Concha) y la actual Casa Consistorial.

Entramos en el XX, completando y mejorando las comunicaciones, a la vez que se crean los famosos Mercados de ganado quincenales; así como las Ferias de San Miguel, San Andrés y de Abril.

En 1930 crean el Centro de Fermentación de Tabacos, la obra que unió a todos los moralos en una época tan difícil y que, además, dio un gran impulso económico a Navalmoral y comarca.

Tras superar la conflictividad del período republicano, la dolorosa Guerra Civil y las penurias de los «años del hambre», aquel pueblo grande gradualmente se irá convirtiendo en ciudad sobre una base agraria, comercial, artesanal y comarcal. Mejoran los servicios (como el Ambulatorio) y el urbanismo (incluyendo al Jardincillo y el Parque Municipal), y llega el agua corriente a Navalmoral.

También comienza el Plan de Riegos de Rosarito y, mientras se realizan esas obras, se inician las del embalse de Valdecañas y después las de Torrejón, lo que ayudaría a frenar y retrasar el fenómeno emigratorio de los años 60. Surgen los primeros Institutos de Bachillerato y Formación Profesional, la Escuela de Capacitación Agraria, el Hogar del Pensionista, la potenciación del Carnaval y un largo etcétera.

Cuando parece que la situación se estancaba, en 1972 comienzan la obras de la Central Nuclear de Almaraz, que supuso un factor muy importante para el desarrollo demográfico y económico local y de su entorno.

Llegan los años de la transición y el desarrollo es ya notable: urbanístico, incremento del comercio e industria (Polígono Industrial), primera variante de la carretera, instalaciones deportivas (Pabellón y Campo de Fútbol), sanitarias (Hospital), educativas (nuevos Colegios), mejoras en el abastecimiento de agua, viviendas sociales, etc.

Con la Democracia se culmina el despegue definitivo de Navalmoral, a la vez que se afianza como cabecera comarcal asumiendo perfectamente su papel, desarrollándose y ayudando al progreso comarcal (del que se beneficia en gran parte). Sería muy largo el enumerar aquí todo los logros conseguidos desde entonces hasta nuestros días, que están en el recuerdo y a la vista de todos; aunque destacamos aquéllos referentes a obras sociales (Centro de Servicios Sociales y Residencia de Ancianos), sanitarias (puesta en marcha y ampliación del Hospital), deportivas (Piscina Municipal y Climatizada, Pistas de Atletismo y otros), educativas y culturales (Casa de Cultura, UNED, Escuela de Idiomas, Escuela de Música, nuevo Instituto, convenios varios, potenciación del Carnaval, etc.), comunicaciones (Ferrocarril, Autobuses, Autovía, Ronda Sur y antigua variante), nuevo Hogar del Pensionista, viviendas sociales y numerosas reparaciones (Ayuntamiento, Plaza de Abastos, Cárcel, Casa del Espadañal, La Gota, …).

Al margen de su historia, o de sus recursos naturales presentes en el entorno físico del propio Navalmoral, mención aparte hay que darle al apartado festivo, del que destacamos sus famosos Carnavales (declarados «Fiesta Regional de Interés Turístico» desde 1986), la Feria de San Miguel (con su amplio y variado programa de actos), las fiestas de San Andrés (cuando se lleva a cabo la quema del «Hombre Inicuo») y otros acontecimientos.

Domingo Quijada González
Cronista Oficial de Navalmoral

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