Queridos niños, queridas niñas de Navalmoral.
Tengo que confesar que este año tenía pensado tomarme un descanso y no salir a repartir regalos. Además, Rudolph se encuentra en el taller. Ha gripado con el frío, no tengo sustituto y mi trineo es un Renó 4.
Sin embargo, tras leer vuestras cartas cargadas de amor e inocencia me dio un vuelco el corazón ¿Cómo voy a dejar a estos angelitos sin regalos? También he de reconocer que gran culpa de este súbito cambio la ha tenido vuestro concejal Alfredo Vizcaíno, que ha sido muy pesado. Todos los días llamaba y todos los días la misma letanía; Santa, pero… ¿Tú sabes lo bien que se han portado? ¿Cómo vas a darles ese disgusto? Venga, que paso yo a buscarte y así conozco Rovaniemi. Además, mi perro Donald me está ladrando, dice que él tira del trineo. ¡Ya no tienes excusa!
De modo que no me ha quedado alternativa, me he visto obligado a quedarlo todo preparado para estar la tarde del 24 de diciembre con todas vosotras y todos vosotros.
Llegaré con un pelín de retraso. No es culpa mía, como ya os he comentado, Rudolph permanece convaleciente y tendré que viajar en tren, pero calculo que antes de las 18:15 horas llegaremos a la estación.
Este año, como aparte de la baja de mi reno “narirrojizo” tengo la de la mitad de la plantilla, que está de vacaciones, he tenido que pedir ayuda a una amiga, Frozen, para ayudarme a repartir todos los paquetes y así evitar que nadie amanezca con el calcetín vacío colgando del árbol.
Ella ha contestado que me acompañará encantada, pero a mí me haríais muy feliz si la dierais una sorpresa y fuerais a recibirla a la Estación…Bueno y a mí también, que me encanta veros al apearme del vagón, pero ella todavía no conoce lo que es esa sensación.
Otra cosa, son muchas las casas que hay que visitar cuando estéis soñando, por lo que vamos a necesitar que nos paséis energía suficiente para aguantar trabajando toda la noche. Por eso nos encantaría que pasarais por la Gota a darnos un besito para cargar bien las pilas.
Tengo muchas ganas de veros a todos y a todas, de modo que no faltes o me pondré muy triste y el Hada de las Nieves, también, y si llora se derrite.
Os quiere, Papá Noel.