La Alcaldesa de Navalmoral ha recibido en el salón de plenos del Ayuntamiento de Navalmoral al alumnado de segundo de primaria del CEIP El Pozón por la consecución del Segundo Premio, en la categoría “La Luna”, del programa educativo Space Science Experience de la Agencia Espacial Europea.
Medina quería dar la enhorabuena personalmente a los niños y niñas participantes, pero también agradecer a su profesor, Guillermo Montero Vaquero, la inmensa labor didáctica con la que ha conseguido implicar a sus alumnos y alumnas durante todo un periodo escolar, logrando no solo el premio, sino también implementar entre sus pupilos el gusto por aprender.
De hecho, todo comenzó cuando Guillermo decidió que en su clase eran astronautas. Repartió carnets entre todos ellos y el aula se convirtió en el sistema solar y cada planeta en el continente de una materia (Júpiter contenía los conocimientos matemáticos, por ejemplo).
Posteriormente, los aprendices espaciales trabajaron en un mural de más de cien piezas con el que decorar la pared al tiempo de instruir a quienes se detengan a mirarlo.
Pero el docente no paró ahí y viendo cómo disfrutaba su alumnado con este original método educativo, contactó con la Agencia Espacial Europea y logró que una de sus clases consistiera en un encuentro interactivo entre niños y niñas de secundaria con la institución espacial a través de una videoconferencia, aparte de ser invitados a participar en su programa educativo Space Science Experience y así fue cómo emprendieron su proyecto. Un proyecto basado en otro real, ARTEMISA, con el que esperan poner sobre el suelo de la luna a un hombre y una mujer y a otro u otra astronauta en el de marte.
Comenzaron a ver vídeos sobre preparación del viaje, sobre cuestiones técnicas de la nave, sobre la fase lunar en la que se puede emprender el trayecto, crearon más murales y realizaron un trabajo audiovisual con la que conquistaron las mentes de los científicos europeos, lo que les llevó a recibir el galardón entregado por el Director of Science de ESA, Günter Hasinger, con el que se reconocía el valor y el trabajo de una clase, la única no madrileña, que se ganó estar en la ceremonia de entrega de premios que se celebró en el Planetario (No pudo hacerse entrega en la Agencia Europea).